Conflicto -Blackberry- familiar

Un celular, sobretodo un Blackberry, es algo que los adolescentes de hoy “necesitan”. La mayor parte de los investigadores sociales relacionan el amplio desarrollo del teléfono móvil entre los jóvenes basándose en conceptos sociológicos de grupo y de relaciones primarias, que provocan en adolescentes dos urgentes necesidades: de identidad y de comunicación. De identidad, porque necesitan definir y sentir quiénes son: jóvenes entre jóvenes, en un espacio propio intransferible, privado y separado de los padres. La necesidad de comunicación se destina a construir su entramado social de valores, normas y comportamientos, en definitiva, su “subcultura”. Los adolescentes necesitan construir su identidad con una mirada endogámica, relacionándose, comunicándose y cerrándose en su micro-mundo juvenil. (Battle, 2007). 

Para los padres, el celular es una manera de ubicar a sus hijos y poder comunicarse con ellos. Empero, con la masificación del Blackberry, este ha logrado cautivar a muchos adolescentes de tal manera que ya no solo utilizan el celular para hablar con sus padres, sino también le dan otros usos que el aparato les brinda y los envicia hasta el punto de llegar a usarlo mientras están entablando una conversación con sus padres personalmente.

                    
Foto: El Universal de 10 (México)
Para el análisis del caso, tomaremos una situación específica: la discusión de un adolescente con su padre/madre mientras utiliza su celular. Supone una comunicación interpersonal e implicativa, ya que trata de un confortamiento directo entre dos personas, en este caso familiares, aunque con una interferencia que hace que uno de los afectadores se “desconecte”. Sin embargo, para el “desconectado”, se tornaría en una comunicación no implicativa: el tema de conversación puede ser muy relevante e importante para el que la inicia, pero la persona que está usando el celular mientras el otro le habla, hace pensar que no le interesa ni afecta dicho tema.

El blackberry tiene una serie de funciones y aplicaciones de entretenimiento como  el bbm (Blackberry messenger), páginas web, acceso a redes sociales, entre otras. Es una suerte de convergencia digital, pues el dispositivo no solo te permite comunicarte a distancia, sino también el uso del internet, cámara digital, videojuegos, etc.  Todas estas funciones atraen al usuario; de manera que hacen que el dueño, en este caso el hijo adolescente, con el tiempo se haga dependiente del aparato y pase mucho tiempo conectado a Internet o simplemente revisándolo sin ninguna razón en especial. El Blackberry no solo hace que el usuario esté pendiente todo el día de este, sino que lo logra aislar de los demás. Además, cuando uno hace llamadas, se está ausente y a la vez presente. Al hablar por celular o conversar con alguien via chat u otro medio, aunque se esté físicamente presente en un sitio, la orientación mental o atención se centra en alguien ausente, a lo que Rich Ling (2004) llama "desconectarse mentalmente" del lugar donde uno se encuentra para tener que contestar el teléfono o enfocarse en una conversación con alguien ausente, siendo este "el punto más difícil de un episodio telefónico", lo cual puede tornarse riesgoso por perderse el sentido de lugar.  Uno está tan concentrado en dicho dispositivo que se “desconecta” totalmente de lo que sucede a su alrededor. Asimismo, la falta de orientación en el espacio mientras se utiliza el celular trae como consecuencia manifestaciones "psicóticas", es decir, personas que  "hablan solas" al deambular o esperar en un lugar público, gesticulando como si estuvieran frente a un interlocutor. Sin embargo, sucede que nos hemos acostumbrado a ver como normales estas manifestaciones sin que siquiera llamen la atención.  


Fuente propia
Todo esto hace que sin darnos cuenta no le prestemos atención al resto de la gente que está junto a nosotros. Estudios revelan que las personas no podemos estar concentrados en varias cosas a la vez. Según el texto "La Atención" del libro Condición y Apredizaje: Fundamentos Psicológicos, “La diferencia que hay entre la atención y la concentración, es la diferencia que hay entre estar atento y estar concentrado.Podremos estar atentos a varias cosas a la vez, pero podemos estar concentrados sobre una cosa a la vez. La atención es más amplia pero la concentración ayuda a fijarse en un solo objeto; esta última ha sido definida como atención centrada”.


Con esto, cuando el hijo está enfocado en su celular, es probable que sí pueda estar escuchando lo que su padre le dice pero no está concentrado en ello; por ende, hay posibilidades de que al final de la conversación no se acuerde de lo que le dijo. Esto ocasiona una gran molestia en el padre o madre, pues se siente ignorado y muestra una falta de respeto. El gran problema de hablar por celular o usarlo mientras se está entablando una conversación con tus padres, es la clara muestra de descortesía, pues al mismo tiempo que se les está ignorando, se ha interrumpido la comunicación que estaba siendo llevada a cabo (Dunbar, 2002). La tecnología en sí misma no es negativa, mas sí puede ser el uso que se le dé a la misma y por lo tanto el Blackberry entra en este campo.                                                                                     
                                                                                    
El hecho de que dicho medio móvil sea  accesible en espacios abiertos o cerrados, puede provocar que al usarse se ignore no solo el aquí y el ahora, sino a los otros, lo que se interpreta como una falta de urbanidad y provoca un conflicto situacional (Dunbar, 2002). Usarlo mientras se está hablando con una persona a la que se le debe obedecer y escuchar, como al padre o a la madre, demuestra la falta de respeto al “otro” hasta el  punto que los derechos ciudadanos se ven afectados. Además, puede suceder que el padre o madre se sienta ofendido y llegue a pensar que lo que les diga a sus hijos es irrelevante, pues ellos están demostrando que  prefieren estar conectados a un celular que pasar tiempo con sus seres queridos. 


Foto: Orienta 21
Esto es muy triste porque se da cierto distanciamiento solo a raíz de un aparato tecnológico que, en realidad, no merece ser objeto de una discusión entre seres tan cercanos. Por supuesto, tener una relación armónica con nuestros padres sin que el Blackberry sea un problema es posible y fácil, simplemente tenemos que saber en qué momentos usarlo y debemos aprender a tener un uso medido del mismo. Véase    "Renuncia al Crackberry"

En este tipo de situaciones en las que se origina un conflicto en una relación interpersonal a causa de un aparato tecnológico, está presente el axioma propuesto por Paul Watzlawick de la perspectiva interpretativa que se encuentra dentro de la Escuela de Palo Alto que dice que hay una imposibilidad de no comunicar: toda conducta tiene un valor de mensaje. Ello se evidencia en el hecho de que el comportamiento que un adolescente tiene al usar el Blackberry y no prestarle la debida atención a su padre o madre mientras le está hablando, le comunica inconscientemente a este que su hijo no tiene el debido interés en escucharlo y que prefiere estar conectado a dicho dispositivo.

Con respecto a los beneficios y desventajas de las tecnologías, podemos usar los datos propuestos por John Fiske en “La significación” en el que dice que  “Ningún mito es universal en una cultura: hay mitos dominantes pero también hay contra-mitos”. La convergencia digital es un buen ejemplo para ilustrar un desafío de los contra-mitos a los mitos dominantes. La sociedad actual está basada en la tecnología y con ella en aparatos móviles en los que convergen dichas tecnologías como el internet, la mensajería de texto, la telefonía, etc. El mito dominante de esta es que  ayuda al hombre a facilitarse la vida, a comunicarse a distancia y a hablar en tiempo real con otras personas a través del chat, por ejemplo. Pero el contra-mito también está presente: en él la convergencia digital en dispositivos móviles es mala, ocasiona el distanciamiento entre personas y disminuye la relación física y el encuentro entre ellas, ya que a raíz de estos aparatos muchas veces la gente prefiere ahorrarse tiempo hablando online en vez de verse personalmente.

Finalmente, hemos realizado una especie de etnometodología, propuesta también en la perspectiva interpretativa, ya que para hacer el trabajo hemos utilizado lo cotidiano como objeto de estudio: nuestras experiencias diarias acerca de los conflictos que tenemos con nuestros padres a la hora de usar el Blackberry en el momento inadecuado. Nosotros mismos estamos involucrados en el problema y a partir de ello hemos dado a conocer realidades que están comprobadas con nuestra propia experiencia. 



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